Tuesday, February 16, 2010

Los consuelos del árbol

Frío e insípido es el consuelo cuando no va envuelto en algún remedio: Platón

Si yo viniera, por jactancia de consolador,
a palmear su espalda, yo sería mentiroso,
un cómplice de todo lo que existe
y está vigente robándonos la dicha.

¿Qué más quisiera yo que escribir
una oda sobre la belleza de los niños,
o captar con una metáfora el misterio de la flor,
el lago en calma, la vitalidad emotiva
de las pasiones, las expectativas,
maravillas de lo Bello?

Por de pronto, a ratos, algo medito por amor
a dulces melodías, por amor al arte de todo
lo escondido detrás de muchas lágrimas
o suspiros, o de añoranzas que se encaprichan
por reocupar los paraísos?

... pero consolar es todavía algo más profundo.
Hay que insertarse o viajar con la raíz,
e ir comprendiendo íntimas interconexiones,
y con visión... sumarse al verdadero consuelo
porque todos somos, no el todo de él,
no la plena sanación que da,
somos lo ínfimo.

En lo que me respecta, si el consuelo
fuera simplemente un tema literario,
yo vendría a contarle que del dolor
todos participamos un poco,
todos hemos perdido algo que amamos,
¿le sirve de consuelo?

¿Que todos sufrimos fracasos,
que todos cobijamos truncos anhelos,
que todos naufragamos alguna vez
en laberintos de impaciencia y enojos?
¿Le sirve de consuelo?

2.

Le diré que a mí me ha consolado un árbol
(por eso es que voy humildemente a sus pies,
a esas raíces que se ruborizan y se meten
debaJo de la tierra, cuando le digo:
«árbol consolador, dios abajo,
me sentaré a tu lado,
como si fuera un indio, o druída que te oye,
mueve tu cabeza como un guenda
en el jigüe, saca tu alma del tronco
y háblame como un pájaro
y agujera la roca de mi corazón
como un ave-carpintera».


3.

En realidad, como el árbol, el consolador
nada dice; pero uno lo ve (y hasta lo oye)
cuando habla con la brisa, acariciantemente.
Da abrazos de hojas que tiemblan
y vibran y alzas la vista y ves su rostro,
siempre amable como un racimo
con frutos.

El consuelo lo dan siempre los generosos
y valientes. Y un árbol lo es.
Todo el mundo se duerme en sus falsos laureles,
pero él, árbol consolador, nunca duerme/
Siempre está en pie, a la intemperie,
siempre mirando un cielo para que haya espacio
y demandar al sol que haga luz donde abunda tiniebla
o que apague sus fulgores para que el cansado
descanse, se meta en su lecho y haga el amor
a oscuras y se acuerde de los ciclos
del tiempo y las polaridades.

¡Si supiera usted cuánto el árbol
es capaz de decirnos, duro y rugoso en su tronco
como parece; pero él tiene sangre-savia!
Tiene edades, dolores, envejece,
pero el cansancio suyo no lo distrae.
No importa,
ya que él es fuerte y protege a otros, con sombra,
porque la gente llora sus agotamientos.

El da nido a los pájaros. Si tuviera manos
él mismo edificaría sus nidos, alimentaría
los pichones, pondría de sus frutos
en sus picos!

Un árbol no se queja, puede usted
destrozarlo, llevarse madera para su casa, leña
para su fuego, flores para jardines y cercos.
Y no se queja.

¿Cómo no amar a un árbol, cómo no
llamarlo el padre terrestre del consuelo,
si él todo lo da sí, cuando hay saqueadores
y con él se asocian, hombres infértiles
y parásitos? ¿Y sabe usted qué me dijo
el árbol de mi consulta y que más lo ofendiera,
casi hasta el punto de enojarse?

Que en la altura de sus ramas se han colgado
a otros hombres, reos que han sido
ahorcados, por algún crimen que no es suyo
y enganchan el suplicio a él, lo asocian a lo punible.

Por eso añade:
«Y ya muerto: ¿qué le puedo dar si no siente
que doy sombra, si alguno de mis frutos
puede ser dulce a sus labios,
si alguna de mis maderas,
quemada en la noche, quitaría lo friolento?»

Sabe usted, si yo viniera, a pasar por consolador,
a palmear su espalda, yo sería mentiroso,
pero yo le puedo hablar de algún árbol,
ente tan ordinario, tan visible desde esta esquina
en que estamos, y decirle que son materializados,
silenciosos consuelos y que vale la pena
consultarlos y sentarnos al fondo,
o al rasero de sus raíces...


De El hombre extendido

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Explorations in Social Inequalities / Profecía de la cautividad antillana / Exploraciones de la desigualdad / Oda al hentai / Oda al Deseo o sobre el Arjé / Indice: El hombre extendido / Homenaje al Ché


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