Saturday, December 20, 2008

Lope piensa en matar a Inés / Mi niña Elvira / Los violadores


Sein-lassen, dejar-ser al Ser, preparar al ser una morada, dar noticia en el habla, morada del Ser y preparar al ser cobijo: Martin Heidegger


Voy a desarropar el cuerpo
de esa posesión lujuriosa y cerrada.
Quitaré la telliza que la cubre.
Observaré sus partes, sus velas,
que horizontalmente parecen
la verga del trinquete.

Echaré venablos a su desnudez
de repulgos ursulinos, mentirosos,
a sus palabras arbitrarias
que jamás han sido silencios,
ni íntimos vientos que, a mitad
de la tormenta de mis años,
me estremezcan.

Vaciaré como una tapara
mis manos en sus partes, no
para adorarla, tocaré, sí,
su cuerpo de ternejo y de soniche
hasta matarla y sacar leña menuda
y el haz del harma de sus corrupciones
.

09-09-1981 /
Indice: Lope de Aguirre


Mi niña Elvira

El único peligro que hace temblar mis carnes de pavor y miedo es el de preguntarme que será mañana de mi niña Elvira: Lope de Aguirre, en: Lope de Aguirre, Príncipe de la Libertad, novela de Miguel Otero Silva



Estoy en mi covacha
con el sueño de la muerte.
En la sabara, ¡oh diáfana neblina!
los rumiajos de la peor estirpe avanzan,
me cercan en rubiera, puedo verlos...

Desde el cisma de lo más hediondo del capricho
toman forma y carne, vigor en sus senderos
y son ranas con verrugas en sus ojos
y son perros chimuelos con tres rabos
y tres lenguas y son hienas
con espinas en el cuerpo.

Saltaron desde la cofa del vigía.
Volaron con la prisa del velero.
En abordaje se escurrieron
por el puente de mando
hasta mi camarote,
covacha de agonía,
abitón de amarre con mis penas.

Estoy aquí, con ojos semiabiertos,
tan cansado, pidiéndole vigilia
a mi esqueleto biótico, temiendo
quedarme dormido enteramente.


Indice: Lope de Aguirre


Los violadores

Dentro de breve término he de morir... y no habrá espada de hombre que defienda la integridad de su cuerpo cuando entren de tropel los bellacos infames a violar a la hija del cruel tirano, a violar a mi niña: Lope de Aguirre, según el texto de Miguel Otero Silva


Es que soy un cojo maldito y quebrantado.
Un espantajo similar a esos bellacos e infames
de mis barcos, chamuscados y siniestros,
pero yo no lo quiero así; en el tormento
de mi propio espejo, en aguas de los mares,
en bardomas de lo ingrato, también sufro.

Por eso es que apuñalo el amok
(a ninguna bestia temo yo,
sólo a lo Santo), no a los piratas
que han bajado a la tierra por escaleras
de dobles esferas hasta el monte,
a las ribas sin sal, al riachuelo del lípido,
a burbujas de azúcar, al ribosoma
que sustenta la vida con anillos
en cadenas del ancla hasta la carne.

En covacha de ser,
en predios donde el alma es proteína
tiembla, en(z)ima o abajo,
la identidad bioquímica del feo
y los verdugos vienen
por ella, que es hermosa, y por mí,
y mis escasos dientes y mi estatura maltrecha
y mis ojos pequeños y sangrientos.
Quieren, por fin, burlar
mis esperanzas en mis sombras.

Porque me enternezco, a la hermosura salvo,
Ella es la Gracia que refulge,
aparición del sacramento.
Ella es lo único que tengo, mi tesoro.


Indice: Lope de Aguirre
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